sábado, 29 de septiembre de 2012

¿QUÉ ES UN ESTUDIO BIBLICO?


ESTUDIO BIBLICO.


La palabra estudio es aplicar el entendimiento y la comprensión; a algo que para uno es desconocido. Es también esforzar el entendimiento hasta alcanzar a comprender un asunto, con disciplina y dedicación, es el arte de comprender ciencia.

                La ciencia celestial es algo muy desconocido para el hombre de hoy, por lo que se necesita solicitar este conocimiento a Dios, para comprender el mensaje que encierra su Palabra, por lo tanto, se necesita disciplina, esfuerzo, dedicación, hasta comprender la sabiduría Divina.

                El Maestro Celestial El Espíritu de Dios, nos da la clave como alcanzar esa sabiduría Divina (Prov. 2: 1-6). Aceptar sus palabras, prestar atención y buscar la sabiduría como a tesoros, son algunos de los requerimientos para poder entender ese conocimiento que tanta falta nos hace a los obreros de estos últimos tiempos.

                La iglesia de Dios es uno pueblo sabio y entendido, por lo que es indispensable que el maestro sea excelente expositor.

                Para el estudio de la Sagrada Escritura es preciso profundizar el significado de cada palabra y sujetarse a la gramática y utilizar diferentes versiones de la Biblia, diccionarios Griego español Hebreo Español, diccionario de sinónimo, antónimos, historia, mapas de Geografías Bíblicas, y todo  material que nos pueda servir de ayuda para una mejor enseñanza.

Un asunto muy importante que vale la pena mencionar, es tener presente la cultura del país al cual nos referimos en nuestro estudio, tal como la lengua en que se escribió el libro en consideración, la época en que se escribió, porque estos pueblos a través de los siglos han cambiado su idioma como por ejemplo, los Judíos en el tiempo de Abraham hablaron el Arameo, ya en el tiempo de Moisés hablaban el Hebreo y en el tiempo de Jesucristo hablaban el Griego, es por esta razón que no se puede tomar la Sagrada Escritura como si se hubiera escrito en un  solo idioma.

           En el estudio de la sagrada Escritura se corre el riesgo de equivocarse, especialmente en sitas de fechas, personajes de la escena  en mención y en otros datos de mayor o menor importancia. La forma de no caer en ese riesgo es: informarse bien antes de dar el dato, si por alguna razón no se pudiera obtener esa información es conveniente no citarlo, y si surgiera una pregunta del auditorio ser sincero (no se ).

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